EXPERIMENTO 2 – Terminal – Capítulo 3

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Ares Klauss, sentado en el sillón de su despacho, con los pies encaramados en el escritorio, se dedicaba a buscar en la Cognored la única pieza que le faltaba a su colección: el “Windows Milllenium Edition”, en su caja original. Había ya contactado a un posible vendedor y esperaba la comunicación que le confirmara la existencia del producto mientras jugueteaba dibujando círculos con los dedos en la pantalla táctil de su ordenador. En su mansión tenía una planta entera repleta de grandes fiascos tecnológicos; el Segway, el Iomega Zip Drive y otras muchas «joyas» adornaban las salas de su museo particular dedicado al fracaso. Esperaba que esta última adquisición completara su lista; sería la culminación de años de búsquedas, viajes, pesquisas y, en ocasiones, verdaderas restauraciones al detalle, partiendo de partes, de piezas aisladas y estropeadas, como si fuera un arqueólogo reconstruyendo el cráneo de un cromañón.

Su fascinación por el pasado lo llevó a convertirse en una especie de anticuario tecnológico. Era la actividad que llenaba sus ratos libres y, en aquel momento, tres meses después del traspaso de la Cognored a Nortown y habiéndose convertido en «Jefe de Departamento de los “cachibaches inútiles”» como él mismo solía designar su nuevo rol en la compañía, se sentía con mucho tiempo libre, el mismo que le concedía el no querer hacer absolutamente nada.

El DASO (Departamento de Artefactos de Segunda Oportunidad) era parte de la “estrategia de desgaste” de Nortown contra Ares Klauss cuando este se negó en redondo a marcharse y a vender sus derechos sobre las patentes de la interfaz lente de contacto y los sistemas de comunicación de datos de la Cognored. Los otros miembros de su equipo y amigos personales, los ingenieros Hamilton Hayes y Nadie Flaüsser, quienes habían desarrollado el resto de las interfaces (olfatívas, gustativas y táctiles), por el contrario, se retiraron aceptando una para nada despreciable oferta por sus patentes, algo que les permitiría vivir el resto de sus días sin ninguna otra preocupación aparte de la de respirar y elegir el color de sus aéreo-yates.

Confinándolo al DASO, las directivas de Nortown pretendían minar el último reducto de orgullo en el que se atrincheraba Klauss, y él lo sabía. «Artefactos de Segunda Oportunidad» no era más que un eufemismo para referirse a la reformulación de proyectos que no habían tenido éxito comercial, es decir, material descontinuado, ideas inútiles y sin salida; pérdida de tiempo. Eso, para un hombre cuyos inventos habían revolucionado el mundo de las comunicaciones, era una humillante condena. La pantomima del DASO la completaba un técnico recién salido del horno que le fue asignado a Klauss como auxiliar: Demóstenes Rizo, un verdadero ratoncillo de laboratorio, tan trabajador como entusiasta, tan inocente como iluso; en síntesis, un recién graduado con muchas aspiraciones y que reverenciaba a Klauss como si fuera el padre celestial a pesar de su reciente hundimiento.

<Dr. Klauss, llamada de audio entrante. Emisor: DANTE, Buenos Aires. Aceptar?>

Como flotando en el aire, los caracteres rojos desplegados por el Terminal aparecieron en el campo visual de Ares Klauss, quien respondió con prontitud; era la llamada que estaba esperando:

>Sí<

En los auriculares del Terminal se escuchó la voz carrasposa del vendedor:

―Hola de nuevo, doctor, le tengo buenas noticias, mi agente me confirma que, en efecto, disponemos del artículo y se lo podemos hacer llegar en una semana aproximadamente a su domicilio. ¿Quiere ver una toma del artículo?

Me parece bien.

<Dr. Klauss, imágen 3D entrante. Emisor: DANTE, Buenos Aires. Aceptar?>

>Sí<

Justo en el momento en que el disco y la caja de “Windows Millenium” se desplegaban ante los ojos de Klauss, Demóstenes Rizo entró precipitadamente en la oficina abrazado por una especie de pulpo metálico de cinco brazos. Como el artefacto le tapaba algo de visión tropezó con una de las sillas y fue a estamparse contra el suelo con estrépito. «¡Zoquete!», le gritó Klauss, irritado por la interrupción (ya eran tres en ese día).

¿Algún problema, doctor Klauss? ―preguntó el vendedor creyendo que el insulto iba dirigido hacia él.

Sí, un grave problema, pero no tiene nada que ver con usted. Le haré la transferencia de los ciento diez mil valores en la tarde, tengo que dejarle.

>Terminar llamada<

Las líneas de texto y la imagen desaparecieron tras el mando vocal y Ares Klauss pudo ver con claridad a su técnico, a cuatro patas en el suelo, recogiendo el pulpo de metal.

Discúlpeme, doctor Klauss —dijo Demóstenes incorporándose— solo quería mostrarle que ya lo conseguí, tal como usted me lo pidió. ¿Quiere verlo?

El pulpo metálico era un robot dedicado al cuidado de los bebés y niños pequeños que se comercializó a finales de la década de los cincuenta del siglo XXI. La idea inicial era prometedora: como en la mayoría de las familias ambos padres trabajan a tiempo completo y los casos de pederastia se multiplicaron de una forma tal que hicieron que el público desconfiara de cuidadores humanos y guarderías, la aparición de un autómata especializado en la puericultura y vigilancia se vislumbró como la solución ideal, y así se presentó el año de su lanzamiento.

Mas la idea ya estaba viciada desde un principio: algo malo pasaba en la sociedad cuando se confiaba a una máquina, más que a un ser humano, el cuidado de sus miembros más valiosos. Pero por sobre esta cuestión ética, hubo un aspecto práctico que hizo que el “Nanny Auto Care” (ese fue su nombre comercial) desapareciera del mercado: era un aparato que no podía fallar. Si no pasaba nada grave con que un ordenador, por ejemplo, se quedara colgado de vez en cuando, era inaceptable que un “Nanny” dejara caer por error a un bebé que llevara en brazos, o le derramara el biberón en la cara. Pues solo faltaron dos de aquellos incidentes reportados para que todas las 5500 unidades vendidas tuvieran que ser retiradas con las correspondientes indemnizaciones. El fabricante original quebró y las patentes de los diseños fueron adquiridos por Nortown que, como tantas otras empresas en aquella década, se había apuntado al negocio espacial con la creación de robots articulados de soporte para las colonias recién fundadas de marte.

Con un ajuste al servo mecanismo y una nueva rutina de programación el “Nanny” es ahora capaz de cambiar el pañal sin pringarse.

Demóstenes, por si no lo había notado, está usted lleno de mierda —replicó Klauss viendo la cara del joven ingeniero manchada con la sustancia marrón que usaban en las pruebas como simulación de los excrementos de infantes.

Lo lamento, doctor, debí quitarme esto de encima. No me di cuenta.

Mire, le daré un consejo gratis: si va a realizar una presentación importante es mejor dar risa o asco, pero no las dos cosas a la vez —le respondió con acritud—, pero continúe, soy capaz de controlar las arcadas y las carcajadas por partes iguales.

Avergonzado, Demóstenes Rizo, con las manos temblorosas, dispuso en el escritorio de su superior el robot y un muñeco idéntico a un bebé real vistiendo un pañal. Siguiendo su rutina el autómata se acercó al falso lactante; sus sensores olfativos —apropiadamente graduados al olor florido de la sustancia marrón— detectaron las heces postizas y realizó la tarea de retirarle el pañal, limpiarle y cambiarle. Se podía decir que el “Nanny Auto Care” hizo el trabajo con mayor eficiencia y precisión que las manos humanas, a pesar de los movimientos simulados del muñeco.

Klauss no se preocupó por ocultar su desinterés; mientras el autómata desplegaba su arte, jugaba la partida de ajedrez que había comenzado en el desayuno. No se enteró del fin del proceso hasta que Demóstenes le llamó la atención.

…Y bien, doctor Klauss, ¿qué le ha parecido? Hemos repetido esta prueba 700 veces, sin error. Con esto el “Nanny” ya esta libre de cualquier fallo, ¿no lo cree usted?

Klauss levantó la vista del tablero de ajedrez y suspiró pesadamente; sabía que su ingeniero tenía razón. Después de una pausa incómoda para el novato que esperaba con incertidumbre la reacción de su jefe, el “Director de Cachibaches Inútiles” se levantó de su silla, tomó entre sus brazos al pulpo articulado, se dirigió con parsimonia casi teatral hacia una de las ventanas, apretó el botón que liberaba el campo de fuerza de la misma y sin más, arrojó fuera el artefacto, que cayó al vacío, recorrió las diez plantas que la separaban del suelo y se estrelló haciéndose añicos. Poco faltó para que aterrizara en la cabeza de un desprevenido que pasaba por allí. Demóstenes, confundido, corrió hacia la ventana y sacó la cabeza para ver el destrozo; no sabía qué estaba pasando. Miró luego a Klauss pidiendo, con su mejor cara de “¿qué diablos ha hecho?”, una explicación a lo ocurrido.

Me parece, Demóstenes, que vamos a necesitar diseñarle al “Nanny” un buen par de resortes, ¿no lo cree conveniente? — Fue la única respuesta que recibió.

Luego de que se marchara su ayudante, Klauss esperaba seguir con con su actividad de perder el tiempo sin ninguna otra molesta interrupción, pero no fue así para su desdicha:

<Mensaje de Dirección Operativa: Doctor Ares Klauss, le recordamos que según el artículo 12 de comportamiento, están prohibidas conversaciones particulares por la Cognored por más de dos minutos dentro de horario laboral. Registro pertinente: destinatario DANTE, Buenos Aires, 13:37 a 14:18.

Atentamente: Pilar Tucson – Auxiliar Dirección de Seguridad>

>Borrar mensaje<

Klauss odiaba los mensajes de las Direcciones Operativas; aparecían intempestivamente y sin el correspondiente permiso por parte del usuario del Terminal, pero odiaba aún más que le dijeran qué no podía hacer. Indignado, buscó en el ordenador el organigrama de la compañía para saber quién era el responsable de esa afrenta. Su sorpresa fue mayúscula cuando encontró, como Director General de Seguridad en las Comunicaciones, a Domenique Jafreé, el mismo hombre que trabajó con él en Neterminal como responsable de la seguridad en la Cognored y bajo cuya dirección aconteció el caso Kyle. Jafreé era sin duda, en ese momento, para Klauss, el culpable del desastre de su empresa.

Algo no encajaba, un inepto seguía dirigiendo la seguridad de la Cognored con el beneplácito de la Junta Directiva. Klauss estaba dispuesto a averiguar qué estaba pasando, pero no contaba con que las cosas iban a tomar un cariz violento; esa misma semana una explosión hizo saltar por los aires su automóvil cuando estaba a punto de abordarlo.

EXPERIMENTO 2 – Terminal – Capítulo 2

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Fragmentos de “La Historia de la Conciencia Universal”, publicada en la Cognopedia por el historiador tecnológico Ian Katsuyukien , año 2213

En la actualidad, los implantes cerebrales nanoelectrónicos nos permiten intercomunicarnos unos con otros a través de nuestros propios pensamientos, por ello nos resulta arcaico y casi imposible de concebir que dispositivos como ordenadores, teclados, pantallas, auriculares, micrófonos y cualquier otro artilugio o mecanismo sea empleado para que nuestras mentes accedan a la información o la transmitan interactuando con nuestros sentidos. Sin embargo, fueron precisamene estas interfaces el comienzo de aquello que hoy llamamos Conciencia Universal.

Remontándonos a los inicios de la segunda mitad del siglo XXI, encontramos que la interfaz de lente de contacto fue la revolución clave que permitió la popularización total de la antigua Cognored. Antes de ello, como hemos visto, se usaban unas gafas un poco aparatosas de no muy buena resolución gráfica. Este nuevo desarrollo de interfaz estaba compuesto por sensores y nuevos materiales electro ópticos trabajados en tres capas de micrómetros de espesor. La capa sensor estaba formada por miles de micro lentes que, funcionando como una retina externa al ojo, descomponían la imagen del exterior en píxeles que eran transmitidos a la tarjeta de control inalámbrica del Terminal. La electrónica de la tarjeta recomponía la imagen para su tratamiento o grabación digital. Cuando se requería, la tarjeta reenviaba la información a la interfaz, donde la capa de recepción – emisión iluminaba punto a punto la retina del usuario. Una capa intermedia hacía las veces de un aislante óptico entre la capa de recepción y la de emisión cuando era requerido. Así permitía la modificación digital de lo que se veía y se introducían mensajes e imágenes tridimensionales nuevas o la visualización de los archivos de video almacenados. Algo simple, pero efectivo.

El éxito de la Cognored y los Terminales MS fue enorme. Sólo un año después de su famosa y celebrada conferencia en Copenhage, Klauss y su equipo fundaron Neterminal, empresa que se hizo con la administración y mantenimiento de todo el sistema, llegando a tener hasta el 67% de la población mundial abonada a sus servicios en sus cuatro primeros meses de funcionamiento. Mas fue precisamente este éxito avallasador, el germen de su caída.

Poderosas multinacionales del sector de las telecomunicaciones, las cuales controlaban las redes de telefonía móvil y satelital tradicionales del momento, vieron tambalear su imperio con los movimientos de Neterminal. La amenaza de la nueva empresa era lo suficientemente seria para inquietar a los dueños del mercado, quienes decidieron actuar para preservar su situación dominante.

Como su primera estrategia, la compra y absorción de Neterminal, no funcionó debido a las ilimitadas ambiciones de Klauss, los directivos ordenaron la ejecución de las llamadas «acciones extremas», según registraban sus protocolos de actuación, y que se podían resumir en dos palabras: «sabotaje técnico».

Corría el año de 2064. Las Terminales MS y la Cognored estaban en pleno apogeo. La gente, entusiasmada con el nuevo juguete tecnológico, no se quitaba las interfaces de encima en todo el día; situación análoga a aquella que sucedió como consecuencia de la aparición de las tabletas y móviles inteligentes. Muchos se dedicaban a grabar su día a día al detalle y compartirlo con sus contactos; era una especie de manía desenfrenada por darse a conocer, de figurar. Pero el panorama cambió totalmente con el caso Kyle ocurrido en ese mismo año.

Mayo 13 de 2213, Universidad IA, Helsinki.

Kyle Z era una estrella de la música; una mega estrella. Su cuenta en Cognored contaba con millones de seguidores alrededor del mundo. Tratando de aprovechar el tirón mediático del personaje y la facilidad de un medio como la Cognored y los Terminales MS, la marca de automóviles BMVW (una fusión de antiguas compañías, valga decirlo) ideó la campaña «Un día en la vida de Kyle», en la que se invitaba a los seguidores conectarse al Terminal del cantante por 24 horas y participar de sus experiencias, obviamente previa firma de un contrato multimillonario para el artista, el cual estaba condicionado a conducir el «Hipoquanto 101» —el último modelo de la compañía destinado al gran público— durante la mayor parte de aquel día.

Al principio las cosas marcharon según lo planeado: Kyle bañándose, Kyle desayunando, Kyle montando en su «maravilloso pura sangre metálico de bajo consumo», Kyle en el ensayo con su grupo, Kyle comiendo, Kyle con su «sistema de piloto automático de fábrica, conducción inteligente», Kyle en el gimnasio, Kyle con su «repliegue mecánico “easy parking”», Kyle en el bar, Kyle ligando…, y todo ello visto y oído en primera persona por millones de personas en el mundo entero. Sin embargo, en la noche, al regresar a su domicilio, esos mismos espectadores presenciaron el horror en toda su extensión.

Sucedió justo al abrir la puerta. Kyle ya se despedía de sus fans agradeciéndoles su compañía cuando, intempestivamente, un grito desgarrador le explotó en el oído derecho haciéndole caer de costado. A pesar de que la voz la sintió muy cerca no vio a nadie en el recibidor en donde se encontraba. El cantante se incorporó y comenzó a revisar su casa sin encontrar nada anormal hasta que entró en su habitación. A partir de ahí es difícil describir la situación, primero porque las imágenes que se visualizaron aquella noche eran de una crueldad extrema (una mujer joven atada e inmovilizada en un camastro, estrangulada por un alambre de púas hasta la decapitación) y segundo porque a pesar de ello, la mayoría de quienes las vieron, incluído el propio Kyle, quedaron embebidos en una suerte de trance, inexplicable, quizás debido al morbo primario de presenciar el sufrimiento de otro ser humano, visto no ya en una pantalla plana o en una de 3D común, sino experimentándolo como si estuvieras allí mismo, como si tú estuvieras cometiendo esas atrocidades que lo causaban.

Las consecuencias fueron devastadoras. Kyle fue detenido e interrogado. Aunque la investigación posterior demostró que la secuencia que “apareció” a partir de la entrada en la habitación del artista correspondía a una intrusión en su Terminal por un hacker informático, no fueron pocos quienes desconfiaron del cantante a partir de ese suceso, toda vez que siempre había planeado sobre él la sospecha de estar relacionado con sectas satánicas y haber hecho pactos con el diablo. Por otra parte, resurgían los fantasmas de los videos snuff —que en la década pasada se habían convertido en una verdadera plaga en la Cognored— ahora en su versión actualizada, más terrible si cabe, la versión Terminal MS. A partir de entonces no sólo la popularidad del artista decayó, sino que la “experiencia” sensorial fue tan fuerte —en determinado momento sintió en verdad que empuñaba un alambre con sus propias manos y aserraba el cuello de la desventurada— que Kyle se desequilibró. Pesadillas recurrentes, alucinaciones de torturas que acompañaban con frecuencia su consumo habitual de drogas y un principio de disociación de la personalidad, le afectaron de tal manera que lo sumieron en una depresión crónica que no pudo soportar. Casi dos años después del incidente, las autoridades hallaron el cuerpo inerte de Kyle flotando en la psicina de su mansión, el agua totalmente teñida de rojo; se había cortado el cuello con un cuchillo de caza.

Las protestas de las asociaciones de usuarios no se hicieron esperar. El temor de ser invadido de esa manera por imágenes terroríficas hicieron que miles de usuarios desertaran en masa de la Cognored, y Neterminal, abocada a la quiebra, fue adquirida por Nortown, empresa especializada en la seguridad de redes de información y, como no, filial de la principal compañía de telecomunicaciones del mundo. Ares Klauss por su parte, fue condenado al ostracismo de ser el jefe de proyectos de una línea de productos en desuso y, obligado a ceder la mayor parte de sus acciones, quedó en una posición ridícula, casi de florero o centro de mesa, en el consejo directivo de la Compañía.

Para recuperar la confianza del público, no sólo la marca reconocida de Nortown bastaba, así que los directivos decidieron emplear una estrategia agresiva.

«A partir de ahora TODOS nuestros empleados, desde el que nos barre las oficinas hasta el presidente de la compañía, usaremos las Terminales MS conectadas y operativas las 24 horas del día, los 365 días al año. Retamos a cualquiera, llámese hacker o genio de la informática, a que entre en nuestra red. Estamos dispuestos a pagar quinientos mil millones de valores anónimamente a quien lo logre y dé pruebas de ello. Tal es nuestra confianza en el sistema, porque la seguridad está garantizada. No más intrusiones, ¿nos acompaña?».

Tal era el grito de batalla de la campaña publicitaria para el relanzamiento de la Cognored y las Terminales MS, y funcionó. La gente añoraba la magia de los Terminales y Kyle Z era para entonces (tres meses después de su muerte) una mancha borrosa en la memoria colectiva de la sociedad; la industria del entretenimiento lo había reemplazado con eficacia por nuevos rostros, nuevas voces, nuevos productos.

La nueva etapa de la Cognored tuvo el mismo éxito que su antecesora, pero entonces nadie preveía que quien lucharía por su eliminación definitiva fuera precisamente su propio creador. Las bases de la guerra estaban servidas.

Precios especiales por publicar en papel para grupos literarios

Una buena oportunidad para nosotros, escritores que queremos publicar.

El blog de Juan Navidad

Como saben muy bien quienes nos siguen con frecuencia, La Ovejita Ebooks es un proyecto que nació en abril de 2011. Desde entonces, hemos crecido mucho y muchos escritores y escritoras de todo el mundo han confiado en nosotros.

Comenzamos con los ebooks, pero pronto, dimos el paso a la publicación en papel, porque nos lo solicitaron nuestros clientes. Nuestra frase es «No pagues por publicar» porque estamos en contra de que los autores tengan que acudir a una falsa editorial para ver sus libros editados. Nosotros ofrecemos un sistema mucho mejor, en el que quien ha escrito el libro conserva todos sus derechos de autor y de edición. Nosotros diseñamos el libro y después es el autor quien se compra los lotes de libros a precios muy reducidos, de 2,15 dólares (si tiene menos de 120 páginas) y con los gastos de envío a todo el mundo, no suelen…

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EXPERIMENTO 2 – Terminal

TERMINAL

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Conferencia «La tecnología del beso a distancia” del doctor Ares Klauss, Nuevo Teatro Gasvaerk, Copenhage, 3 de abril de 2062.

«Si me pidieran definir un Terminal MS con una sola frase diría que es un ordenador metido en tu cabeza. Puedes usar cualquier aplicación en tiempo real, editor gráfico o de sonido, por ejemplo, y usarla con lo que estés viendo u oyendo en ese momento. Así, el cielo azul en verano visto por tus ojos físicos puede ser modificado digitalmente con el Terminal a tu gusto, puedes agregarle nubes y hacerlo rojo, puedes hacer que lo surquen cazabombarderos en formación, que estallen juegos pirotécnicos en la noche, o hacer que en tu paseo vespertino, los grillos del campo que escuches entonen las danzas rumanas de Bartok».

Exultante, Ares Klauss, seguro de haber captado la atención de todo el auditorio, se apresuró a encender la pantalla tridimensional, mientras un hombre permanecía sentado en un sillón de cuero frente al público.

«Nuestro voluntario tiene puestos en este momento la interfaz lente de contacto y los auriculares del sistema. La unidad de procesamiento es una tarjeta que lleva en la billetera. Como verán, no hay nada aparatoso, nadie diría que este hombre trae consigo la capacidad de cómputo de ciento cincuenta servidores corporativos. En la pantalla podrán verse a ustedes mismos.., se trata del campo visual y auditivo en tiempo real de nuestro amigo… Fíjense, se pueden apreciar sus parpadeos e incluso alguna miodesopsia, una de esas moscas volantes del humor vítreo, navegando por ahí sin rumbo fijo».

«Ahora que vemos y oímos aquello que este hombre ve y oye, vamos a dar marcha al sistema con un simple comando vocal (aquí todo se maneja con mandos vocales; la unidad de procesamiento posee un programa de reconocimiento de voz que solo responde al patrón sonoro de la voz de su propietario). Previamente hemos configurado el sistema para reconocer la voz de nuestro voluntario, a quien le vamos a pedir que diga la palabra “encender”».

El hombre del sillón de cuero obedeció y en la pantalla del auditorio aparecieron los comandos de inicio del sistema superpuestos a la imagen visionada:

>encender<

<Iniciando sistema… >

<Sistema Terminal MS activo…autenticando>

<On Line en Cognored – ITKA Server>

<Buenas noches SUJETO DE PRUEBA A>

«Como podrán observar, los mensajes del sistema aparecen cómodamente frente a la persona, sin interferir de manera significativa en el campo visual. Luego de un tiempo, dichos mensajes desaparecen; es como en las películas 2D antiguas de robots; ¿alguien vio a Terminator, por ejemplo?… ¿Nadie?, bueno, bueno, ya sé que es prehistoria cinematográfica, pero les recomiendo que no dejen de lado el cine clásico».

Algunas risas y aplausos se desgranaron desde el fondo del salón, pausa que Ares Klauss aprovechó para refrescarse la garganta con un trago de agua.

«Estamos ahora en línea dentro de la Cognored y listos para la magia. Para esta demostración hemos creado un pequeño y divertido programa que hemos cargado en la memoria de la unidad central, presente también en esa tarjetita dentro de la billetera de este caballero. Cualquier aplicación que se les ocurra podrá ser almacenada en este espacio y ejecutarse como lo veremos a continuación… Nuestro programa se llama “pégale al pato”… ¿Han soñado alguna vez con ser personajes de un juego de video?.. ¿No? ¡Maravilloso!, porque ustedes serán los patos… Por favor, querido voluntario, para abrir el programa diga primero: “programa”».

Nuevamente, el hombre del sillón de cuero siguió las instrucciones y en la pantalla apareció:

>programa<

<nombre del programa a ejecutar?>

«Por favor, diga ahora “pégale al pato”».

>pégale al pato<

<ejecutando pégale al pato>

«Señores, les tengo malas noticias; el sistema ha identificado a cada uno de sus rostros y ahora ustedes son el blanco de nuestro amigo, quien podrá apuntarles y dispararles con este lápiz óptico. La puntuación aparece arriba a la izquierda de su campo visual (10 puntos por cabeza), y el objetivo del juego es disparar al mayor número de cabezas posibles en menos de un minuto».

En la pantalla tridimensional, las cabezas del público habían sido reemplazadas por dibujos de cabezas de pato, como los de plástico con los que juegan los niños en la bañera. El auditorio, asombrado, rompió en carcajadas con el efecto visual, mientras Ares Kaluss entregaba un dispositivo parecido a un bolígrafo al hombre del sillón de cuero.

«Es muy sencillo, solo tiene que cerrar un ojo y fijar la punta del lápiz en algún pato; cuando lo tenga en la mira dispara apretando el botón rojo del lápiz. Buena suerte, el tiempo corre con el primer disparo».

En la pantalla del auditorio las cabezas de los patos explotaban ruidosamente al ser señalados y ejecutados por el lápiz óptico. Algunos de los presentes se levantaban de sus sillas, se agachaban, saltaban o echaban a correr para comprobar como sus cabezas de pato virtuales se movían en correspondencia con las suyas reales. La gente se entregó al juego complacida, mientras Ares Klauss disfrutaba de su éxito. Cuando la multitud se serenó y regresó el orden, la conferencia continuó:

«170 puntos. No está mal… Milton decía que quien sabe jugar como un niño conocerá la inocencia del universo. Razón no le falta, pero esto es solo el lado más trivial de los Terminales MS. Acuérdense de aquello que les comenté al principio de la charla: “un ordenador dentro de tu cabeza”. Con los Terminales además puedes grabar lo que ves, oyes y sientes en todo momento y reproducirlo cuantas veces quieras, e incluso compartirlo con cualquier otra persona dentro de la Cognored. Todo esto gracias a las interfaces visuales y auditivas como las que hemos visto en acción, además de las táctiles, olfativas y gustativas que están en su última fase de desarrollo. Interfaces tan pequeñas y cómodas, que se pueden llevar como un guante. De otro lado, la enorme capacidad de almacenamiento en un área tan pequeña como lo es la cuarta parte de una tarjeta de visita, nos permiten el registro y almacenamiento de poco más de un año de la experiencia sensorial de cualquier persona».

«Los Terminales individuales son la base de la Cognored. Muchos años han pasado desde que la antigua Internet conectaba los computadores de todo el mundo; ahora la Cognored conecta no computadores y máquinas sino seres humanos de todo el mundo. Podemos ver en tiempo real lo que un sujeto en Tailandia ve en su caminata matutina, mientras olemos una baguette recién horneada de una panadería en París, oímos un concierto de los Fried Eyes en Londres directamente de alguien sentado en primera fila y simultáneamente sentimos en la mano la tersura del seno de nuestra amada que se encuentra en viaje de negocios en Tel Aviv».

«Como ejercicio final voy a pedirle a una colaboradora que está en este momento en línea en la Cognored tomando el sol en Hawái que llame al Terminal de nuestro sujeto de prueba».

En un instante la respuesta del sistema apareció en la pantalla tridimensional:

<llamada entrante de SUJETO DE PRUEBA B>

<Aceptar llamada?>

 

El hombre del sillón de cuero miró interrogativamente al expositor, quién movió las manos en señal de que prosiguiese.

>Sí<

Luego de un pitido corto, la voz de una mujer a 17.000 kilómetros de distancia se dejó oír por los parlantes del auditorio:

«Saludos para usted, doctor Klauss y para su estimada audiencia. Me encuentro caminando por las playas de Lanikai. Aquí son las 8:37 de la mañana y me gustaría compartir con ustedes estas espectaculares vistas».

Otro pitido precedió la aparición del mensaje de solicitud de trasferencia de video y audio del sistema, que se desplegó en la pantalla del auditorio:

 <SUJETO DE PRUEBA B desea compartir video y audio. Aceptar?>

Esta vez el hombre del sillón de cuero no necesito de ninguna indicación:

>Sí<

De inmediato la pantalla tridimensional se llenó de azul; un mar y un cielo límpidos parecían derramarse por el escenario mientras se escuchaba el choque suave de las olas. Impresionado, el hombre del sillón de cuero extendió las manos y, embebido por la experiencia, sintiendo que podía recorrer esa playa que se le presentaba ante los ojos, se levantó y echó a andar. Ares Klauss tuvo que detenerlo antes que cayera a la platea.

«Hay que tener cuidado. La experiencia sensorial remota es como una alucinación: llena por completo los sentidos… Señores, esto que ven es una realidad, estamos disfrutando de Lanikai con solo con una conexión a la Cognored y un par de Terminales MS. Podemos ver aquello que otra persona remota ve, podemos oír aquello que otra persona remota oye. Muy pronto también podremos, si quisiésemos, sentir en nuestros pies la arena de esa playa, el golpe del viento en la cara y oler la sal marina».

Los aplausos se extendieron por varios minutos. Fue tal vez el momento más feliz de Ares Klauss. La era del “beso a distancia” había comenzado.

Continuará…

EXPERIMENTO 2 – Historias por fascículos

Tiempo ha pasado (diría que demasiado), en que me solazaba leyendo verdaderas novelas en las clásicas revistas PULP de tirada semanal.  La historia la pasaban por fascículos en una sección específica y cierto es que algunas de aquellas llegaban a cautivarme de tal forma que la espera de siete días para ver como continuaba la trama era de pasarlo mal.  El resto de la revista ni la miraba recuerdo bien, era solo un vehículo en el que viajaba la historia, un paquete que la contenía.

No sé si se siguieron escribiendo novelitas por fascículos en aquellas revistas ni si las revistas sobrevivieron a la era digital, pero siempre quedará en mi memoria esa expectativa que los autores sabían crear con cada una de sus entregas semanales.

En este nuevo experimento, planteamos la creación de una historia por fascículos.  El punto clave aquí es, precisamente, la expectativa; que al lector se le haga larga la espera, que no pueda dormir, ni comer, que desespere y enloquezca por saber qué va a pasar…

La idea de esta historia que empiezo, y cuya primera entrega la podéis leer desde ya, la tuve años antes de la aparición de las Google Glass, cuando se perfilaban rudimentarios sistemas similares en las universidades tecnológicas de los Estados Unidos.  El concepto es simple: pregúntense ustedes, ¿hasta dónde llegarán este tipo de tecnologías?

A propósito, de aquellas lejanas calendas recuerdo también las fotonovelas…, ¿eso todavía se hace?

 

 

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. Conclusión

El final de la historia.  Experimento 1 concluído.  Opinad y comentad

 

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. Conclusión.

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. Conclusión

El juego se desarrolló de una manera vertiginosa. Logré salir de la celda de contención y corrí por los pasillos. La trama era muy simple, tenía que sobrevivir y encontrar la salida entre un laberinto de pasadizos, oficinas y compartimientos. La cosa me perseguía frenéticamente, podía oír el golpe de la piedra en el metal. Detrás de cada puerta que abría podía toparme con el monstruo. Me enfrente y escapé varias veces de él, con la espalda pegada a las paredes, mirándole siempre de frente y buscando a tientas la salida antes de que me urgiera parpadear.

La sensación de realidad era tal que me olvidé de que estaba soñando y que no podía pasarme nada, en verdad llegué a temer por mi vida.

La persecución se prolongó por un tiempo excesivo. No encontraba la salida y empezaba a desesperar; era demasiado, quería que se acabara. Fatigado, me encerré en un armario y procuré no hacer ningún ruido. La oscuridad del lugar me ayudó a concentrarme. Traté de recordar cómo había llegado hasta allí. Sí, había descargado un juego y estaba en él; “nada de esto es real”, pensé. Volví a verme las manos… ¿Cómo era posible?, mis manos se veían normales, eso quería decir que estaba despierto. ¡Y puedo parpadear!, en los sueños no se parpadea.

Mi mente era un hervidero, dudaba de mi condición, no sabía con certeza si estaba dormido o despierto, y si estaba soñando ¿por qué no podía despertar? En mis sueños lúcidos despertaba con solo pensarlo.

El SCP-173 arrancó la puerta de golpe y se plantó medio metro en frente mío. Mi mirada fija era lo único que le detenía. Intenté salir del armario, pero no me fue posible; el cuerpo del monstruo bloqueaba la salida por completo. Traté de apartarlo empujándolo con los brazos y luego pateándolo, pero no se movió ni un milímetro; era demasiado pesado. Estaba atrapado y el pánico se apoderó de mi. Los segundos se hicieron eternos, sentía irritación en los ojos, lagrimeaba, pero debía evitar parpadear a toda costa.

No podía aguantarlo, los ojos me iban a estallar. Hice un esfuerzo por concentrarme, me repetía a mi mismo que todo era un sueño, que nada de aquello era real, y cuando estaba a punto de cerrar los párpados grité con furia: ESTOY SOÑANDO, NO NECESITO PARPADEAR.

Al instante la quemazón en los ojos cesó. Lo había logrado, estaba soñando y había convencido a mi mente de que era así. Sin embargo no podía salir de allí, estaba bloqueado por la mole de piedra. Tenía que despertar. Me esforzaba en esa tarea, dándome cachetadas y pellizcándome, cuando el SCP-173, como intuyendo mis intenciones, cambió de táctica. Su rostro, esa asquerosa máscara de pintura, se fue transformando ante mis ojos. Era mi cara, mi cara aparecía en la cabeza del 173. Tenía un gesto de ira exagerado hasta lo grotesco que me heló la sangre en las venas. Arrugas profundas, dientes afilados, las venas hinchadas en extremo, los ojos inyectados en sangre, la piel rojiza… era perturbador. Luego mi rostro demudó y observé una sonrisa diabólica. Los labios se arqueaban de una manera no natural, se estiraban las comisuras, se tensaban los labios hasta extremos imposibles. Parecía una careta de látex estirada a punto de romperse. La maldita cosa intentaba que ante el horror de mi imagen desfigurada apartara la vista. Yo estaba aterrado, la visión era terrible pero pude controlar mis pensamientos. Me concentré en visualizar mentalmente mi habitación, sabía que en un sueño lúcido uno se puede desplazar a algún lugar conocido si se piensa en ello…

Y funcionó, de repente me encontré sentado en mi escritorio frente al portátil, en mi cuarto con las puertas cerradas y las cortinas corridas, tal como lo había dejado al comenzar la sesión. “por fin desperté”, pensé aliviado pero al levantar mis manos descubrí con horror que no tenía uñas. Aún soñaba…

No me atrevía a salir, tenía el presentimiento de que el SPC-173 me aguardaba detrás de la puerta.

He estado aquí sentado escribiendo durante casi una hora. No aparto la vista de la puerta, espero que la estatua esa aparezca y no quiero tenerla a más de tres metros. Tecleo a ciegas, de memoria, sin mirar el teclado (aparecen signos absurdos) y cada vez que releo en la pantalla veo textos diferentes, incoherentes. Cualquiera pensaría por ello que estoy soñando, pero algo no me cuadra: siento hambre y sed, y el reloj de pared funciona normalmente. No se si esto es un sueño o la realidad. Quizás sea una mezcla de ambas cosas.

Algo leí al respecto en la página de la Fundación SPC. El SCP-1285 actuaba como un virus informático pero en el cerebro, en la mente; era capaz de alterar la realidad sensible mezclando elementos oníricos y reales en la percepción. Los sujetos infectados actuaban como yo en este momento, no podían discernir si soñaban o estaban despiertos y sus sueños eran más que meras alucinaciones, cobraban materia, se hacían reales…

No sé que pensar, se me ocurre que en el archivo del juego me enviaron el SCP-1285 como una forma de liberar el SCP-173. Lo único que se me ocurre ahora es mandar este mensaje… no se si pueda conseguirlo…

Que alguien me ayude, no recuerdo cómo pero hay una forma de desactivar el SCP-1285. Esto es un maldito sueño, no recuerdo ni la dirección en que vivo. Busquen la página de la Fundación, se lo suplico.

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donde es por ,kjuiu ,,9877 d,qmh.dic,yfmct nck

La otra opción que tengo es arrojarme por la ventana…

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Tengo sueño, mucho sueño….

El mensaje termina aquí. Tengo que decir que he buscado, y tanto la página como la referencia al SCP-1285 existen:

http://scp-wiki.wikidot.com/scp-series-2#1200

Aunque en el archivo del 1285 no se encuentra disponible: ACCES DENIED.

También el juego del SCP-173 se puede encontrar, aunque no he visto en ningún lugar la versión “Oniric”.

Me contacté con los administradores de la página pero prácticamente se me rieron en la cara; me comunicaron que era una página de ficción, que no había nada real en ella. Reconozco que me sentí como un idiota, pero esta misma noche tuve un sueño bastante real: un hombre montado en un caballo con cabeza de león vomitaba toda suerte de monedas doradas con extrañas inscripciones. Al despertar e incorporarme, del techo de mi habitación cayó un objeto pesado; una moneda dorada idéntica a la que había visto descansaba en el suelo junto a mis pies.

No quiero saber nada más de este asunto.

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. PARTE 2 (¿de 2?)

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. PARTE 2

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. PARTE 2 (¿de 2?)

Ya empecé a perder el control sobre la historia (como toda buena creepypasta, supongo), se ha ido alargando y ya no van a ser 2 partes, sino más.  De todas formas esta es la continuación:

No me interesa dar a conocer en detalle el procedimiento para jugar, no quiero dar ideas para que otro incauto intente practicar esta monstruosidad. Baste decir que las instrucciones hablaban de no dormir la noche anterior a la sesión de prueba con el objeto de suscitar un sueño profundo y usar un compuesto de galatamina y colina (?) para facilitar la lucidez en el mismo. Luego el texto incluía otros procedimientos que debían ser seguidos al pie de la letra mientras se ejecutaba el juego.

Ñlñarfdaytte, twnmgo moedo, nop qewuiro mootewroir

Conseguí los compuestos y aproveche el fin de semana para pasar 24 horas insomne. La noche del sábado inicié la sesión.

Cuando ejecuté el programa en la pantalla del portátil apareció una secuencia de fotografías acompañada de un sonido ondulante, como una especie de alarma. Las imágenes eran escenas extrañas y no tenían relación entre sí: un gato rojizo al lado de un hombre patas arriba con la cabeza enterrada en la arena, un par de ojos fuera de sus órbitas en una cuna de bebé vacía, una mujer desnuda sonriendo con el cuerpo cubierto de hormigas, una pelota de tenis completamente clavada de alfileres sobre una cama…

Siguiendo las instrucciones no aparté la vista de la pantalla en ningún momento. La solución de hidrolinateina (?) para evitar el parpadeo funcionaba de forma efectiva. A medida que la frecuencia del sonido aumentaba, las fotos se sucedían con mayor rapidez y sentía que mi campo de visión se reducía cada vez más hacia el centro de la pantalla. La velocidad de transición de las imágenes se hizo tan alta que me fue imposible en determinado momento apreciar cualquier detalle, en tanto que el sonido se convirtió en un irritante pitido agudo.

No se cuánto tiempo transcurrió. Debía, según las indicaciones, enfocar la vista en la pantalla hasta que se apagara y cesara el sonido. Por un largo tiempo luché por seguir manteniendo fija la visión a pesar de que comencé a sentir un sueño que me hacía pesados los párpados. Mis ojos se entrecerraban fatigados y me ardían resecos, el efecto de la solución parecía haber cesado.

Cuando estaba a punto de abandonar y cerrar los ojos, la pantalla se desvaneció y se hizo el silencio. Por un instante tuve la extraña sensación de estar flotando en el vacío, no percibía mi cuerpo, no sentía la presión ni de la silla donde estaba sentado; era como si todo a mi alrededor se hubiera esfumado.

Mi prueba de realidad para sueños lúcidos es verme las manos. Sabía que en mis sueños siempre aparecían alteradas ya sea con un dedo de más o de menos, de color gris o sin uñas, así que intenté visualizar mis manos para comprobar mi estado: los dedos estaban partidos a la mitad; estaba dormido sin duda.

Luego de una oscuridad total que se prolongo por unos minutos, las imágenes comenzaron a aparecer a ráfagas como iluminadas por una luz estroboscópica. Al estabilizarse la luz distinguí la puerta de la celda de contención del SCP-173. Era idéntica a la del juego, pero con un nivel de realismo asombroso. A mi lado se encontraban los dos típicos operarios con los que se supone debía entrar. Al igual que el escenario, parecían reales desde todo punto de vista. Uno de ellos me miró, se veía nervioso, por no decir aterrorizado. El otro mascaba chicle furiosamente y no apartaba la mirada de la puerta. Desde los altoparlantes escuchamos las instrucciones relativas al protocolo de actuación. Insistían en que se debe en todo momento establecer contacto visual con la criatura, sincronizando los parpadeos de los tres para evitar el ataque del ente.

La puerta se abrió por fin y pude contemplar el SCP-173. Se encontraba inmóvil en una de las esquinas de la celda. La apariencia del monstruo era la misma que la del juego, una suerte de tótem pétreo con extremidades cortas poco definidas (como muñones), sin manos ni pies, una cabeza abultada desproporcionada con el resto del cuerpo, y en lugar de cara tenía unos pintarrajos grotescos en los que predominaba unas manchas circulares y verdosas a modo de ojos.

“parpadeo” gritó de pronto operario que mascaba chicle. Eso quería decir que se preparaba para parpadear en cinco segundos y tanto el otro operario como yo debíamos evitar el hacerlo para que el 173 no se nos echara encima… 891uuppj hdloeimy4 ast yafjbeoxnrgsu

Era increíble, todo parecía tan real…

Luego vino el fallo eléctrico. Percibí como las luces se apagaron por menos de un segundo, la alarma de contención se disparó y a la par escuché un crujido aterrador y un grito ahogado. Volví la vista a mis compañeros, pero el daño ya estaba hecho: El SCP -173 permanecía inmóvil en el centro de la celda y a sus pies, con mi visión periférica pude distinguir los cuerpos de los dos operarios con la cerviz partida. “Pobres idiotas” pensé, no debieron permanecer tan juntos.

Estaba pletórico, sentía mi corazón latiendo a mil y un terror como nunca lo había sentido; el juego había comenzado. No me imaginaba en ese momento la pesadilla que me esperaba…

RESULTADO DEL EXPERIMENTO 1 – Creepypasta. PARTE 1 (de 2)

Bueno, aquí esta el resultado del experimento propuesto la última vez Es la primera parte del relato, esto para no crear una entrada muy larga y generar algo de expectativa.  Apreciaré vuestros comentarios positivos y negativos, de eso se trata.  

El siguiente texto ha sido elaborado a partir de un extraño mensaje de correo electrónico que me llegó el 2 de febrero de este año.  No contenía remitente.  El asunto era: “ Busque el SCP-1285 para mayor información”.  El contenido era un texto plano que he editado para mayor comprensión, según como lo he interpretado y entendido.  El original estaba plagado de faltas e incorrecciones tipográficas.  Leyéndolo me dio la impresión de quien lo escribió lo hizo muy a prisa y sin mirar el teclado.  Algunos párrafos no pude entenderlos de ninguna manera y los he transcrito tal cual están en el original.  Al principio creí que era un simple SPAM, pero como no me pedían que comprara nada, ni que hiciera una cadena, si no que se trataba de un hecho bastante chungo, pues lo doy a conocer a todo el que quiera como advertencia, por si acaso esto fuera cierto.  El mensaje es el siguiente:

Me convertí en aficionado de los videojuegos desde hace algún tiempo, en especial de aquellos cuya temática es el terror.  Más que aficionado, se podría decir que me volví un adicto a este tipo de juegos; desde que los descubrí necesitaba de la adrenalina que me generaban para sentirme confortable.  Si no jugaba por lo menos un par de horas diarias, una especie de ansiedad se apoderaba de mi y no me dejaba concentrarme en mis labores del día a día; me transformaba en un tipo irascible, nervioso, insoportable…

fs90no084848r99w fhmeaf isvenuue yi dfceraopurg ahjjkk ora  vjkallo ldorhkmse yoko jfkaslsoy   efhjkel SCP 1285 rq no se por favor se de jos de94

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He pasado por toda la saga de Silent Hill, Clock Tower, Forbidden Siren o Feel Insanity.  En ellos había encontrado la tranquilidad que necesitaba para comportarme como una persona normal, pero desde hace exactamente un mes me di cuenta de que ya no sentía lo mismo.  Los ambientes sórdidos y tenebrosos, los efectos de sonido lúgubres, las apariciones repentinas de criaturas demenciales no llegaban a impresionarme tanto como antes.  Probé con nuevos juegos,  recomendados en los foros de gamers por ser los más terroríficos: Amnesia, Dark Seed, Red Theet…, e incluso, para magnificar el efecto, intenté jugar en la madrugada con las luces apagadas y los parlantes con el volúmen al máximo.., pero nada, nada conseguía sobresaltarme, ni tan siquiera erizarme los vellos de la piel.  Entre tanto, mi vida se consumía en un desasosiego perturbador; un vacío me devoraba alterando mis relaciones personales hasta la paranoia, cualquier ser humano me parecía una amenaza latente de la que tenía que defenderme con uñas y dientes.

Me di cuenta de la gravedad del problema cuando terminé agrediendo a un desconocido en el parque.  Sólo bastó una mirada directa para que la ira que llevaba dentro se desbocara sin sentido.  Con un empujón lo derribé y a no ser por que huyó como un conejo creyendo de que le atacaba un demente, le hubiese partido la cara a golpes.  Me costó volver en sí de esa especie de trance en el que caí y en el cual dejé de tener control sobre mis actos.

Al regresar a casa no tenía otra idea en la mente aparte de la de buscar ayuda. Encendí mi portátil con la intención de encontrar algún profesional, pero para mi desgracia decidí ver como de costumbre los nuevos mensajes en la bandeja de entrada de mi correo electrónico. Uno me llamó en especial la atención, obviamente por mi situación. Parecía un SPAM como otro cualquiera, no me extrañó dado la gran cantidad de listas de distribución y páginas de videojuegos a las que me había suscrito.  Escrito en el asunto aparecía: Versión de prueba de Oniric SPC-173, el videojuego más aterrador jamás ideado.

Ya conocía el juego SPC-173 y el universo de la Fundación SCP.  El 173 es una especie de escultura de concreto antropomórfica supremamente veloz y que gusta de quebrarle el cuello a la gente de puro placer. Cualquiera que conozca el juego sabe que la idea para sobrevivir a esa cosa es mantener contacto visual en todo momento, en tal caso la estatua no se puede mover.  Pero si se aparta la vista o ante un mínimo parpadeo el SPC-173 se lanza sobre ti para matarte a una velocidad inimaginada.

En el mensaje me informaban que por mi perfil (?) y como usuario del SPC-173, había sido seleccionado, al igual que otras 10 personas alrededor del mundo, para ser sujeto de prueba de un nuevo desarrollo: el Oniric SPC-173, que consistía en introducir tu mente consciente dentro del propio juego a través de un sueño lúcido inducido.  Para ello adjuntaban un archivo con las instrucciones precisas y el juego propiamente dicho.  He experimentado varios sueños lúcidos y sé que la experiencia de ser consciente de que sueñas, y poder moverte y actuar en tu sueño a placer, es única. Ahora, la posibilidad de crear un sueño de este tipo con la atmósfera de un videojuego terrorífico y poder jugar dentro de él, era tan fascinante que no pude resistirme.

Creí en un primer  momento que todo aquello era una broma, pero pensé que no perdía nada haciendo un último intento.  El hambre que sentía por las emociones intensas decidió por mi; abrí el archivo e instalé el ejecutable…

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